BRONQUIOLITIS EN NIÑOS
Es una hinchazón y acumulación de moco en las vías aéreas más pequeñas en los pulmones (bronquiolos). Por lo general, se debe a una infección viral
La bronquiolitis por lo general afecta a los niños menores de dos años, con una edad pico de tres a seis meses. Es una enfermedad común y algunas veces grave.
La causa más frecuente es el virus sincicial respiratorio (VSR). Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida.
El virus se propaga si se entra en contacto directo con las secreciones de la nariz y la garganta de alguien que tenga la enfermedad. Esto puede suceder cuando otro niño o un adulto que tiene un virus:
Tose o estornuda cerca y las diminutas gotitas que lanza al aire luego son inhaladas por el bebé
Toca juguetes u otros objetos que luego son tocados por el bebé
Cada año, entre un 10% y un 30 % de los niños menores de un año pueden tener bronquiolitis. El pico de incidencia se produce sobre todo entre los 2 y los 6 meses de edad. Solo un pequeño porcentaje de estos niños, entre el 7% y el 14%, precisará hospitalización por la gravedad de los síntomas. El resto, alrededor del 90%, son bronquiolitis leves que se controlan por el pediatra de Atención Primaria.
Una vez superada la bronquiolitis, una parte de los niños -que puede llegar al 50% de los que han padecido la enfermedad- pueden tener episodios de sibilancias recurrentes durante meses, a veces incluso años, posteriores.
SÍNTOMAS DE LA BRONQUIOLITIS
Es frecuente que los afectados por bronquiolitis hayan presentado previamente sintomatología catarral o que haya antecedentes de infección respiratoria previa.
Mocos claros.
Estornudos.
Fiebre: que no suele ser muy elevada, aunque hay mucha variabilidad.
Posteriormente, y de forma gradual, los pacientes presentan tos y dificultad respiratoria progresiva, que suele ser la causa de consulta.
Cuando la afectación es moderada se puede producir irritabilidad y rechazo del alimento.
La dificultad respiratoria se manifiesta con sibilancias, pitos, en ocasiones audibles sin necesidad de fonendoscopio, y cuando es más importante se producen otros signos como:
Aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea).
Cambios de color con cianosis (color morado alrededor de la boca fundamentalmente).
Pausas de apnea.
CONSEJOS PARA TRATAR LA BRONQUIOLITIS
1. Lávate las manos con frecuencia.
De todas las medidas preventivas, la que más ha demostrado su eficacia frente a esta enfermedad y otras similares es el lavado de manos de forma adecuada y frecuente.
2. Mejor, en casa.
Los niños con bronquiolitis son la principal fuente de contagio para otros, especialmente durante los primeros días de la enfermedad, cuando presentan el cuadro catarral. Por eso, los niños afectados no deben ir a la guardería y se debe evitar el contacto con otros lactantes no escolarizados. Además, la mayoría de los casos de bronquiolitis son leves y se pueden tratar en casa sin medicación.
.3 Asegúrate de que tu bebé está bien hidratado.
Tras intentar prevenir el contagio, el objetivo del tratamiento de la bronquiolitis es mantener una adecuada hidratación del niño. Para ello, adminístrale líquidos y dale alimentación en pequeñas cantidades y de forma frecuente.
4. Limpia su nariz.
Sobre todo antes de las tomas (ya sea lactancia materna o biberón), realiza una correcta limpieza y desobstrucción de sus vías aéreas superiores con suero fisiológico o agua de mar.
5. Mantén al bebé recostado.
Es mejor mantener al niño boca arriba, en posición semiincorporada, a 30º y con el cuello extendido, porque esta postura le ayudará a respirar mejor
6. Controla su temperatura.
Ponle el termómetro para tomarle la temperatura varias veces a lo largo del día y usa los antitérmicos indicados por el pediatra en caso de que los precise.
7. Evita los irritantes ambientales.
Aleja a tu hijo de los ambientes secos o muy cargados con contaminación ambiental, humo de cigarrillos o incluso productos de limpieza, e intenta huir de las aglomeraciones
8. Vigila si empeora.
Permanece atento y observa si presenta signos de empeoramiento como mayor velocidad al respirar o dificultad para hacerlo, llegando, incluso, a dejar de respirar durante unos segundos; palidez o mal color; lloros continuos y estado general agitado; rechazo del alimento o vómitos. En estos casos, acude a urgencias lo antes posible.